Afuera, ciento cincuenta mil personas siguen coreando su nombre y pidiendo el clásico “¡una más/ y no jodemos más!”. Es que con sólo media hora de concierto, la colombiana dejó con las ganas a todos sus fans. Pero el telón se acaba de cerrar y no hay vuelta atrás. No hay más tiempo. Sin embargo, lo de Isabel Mebarak Ripoll (31) no se termina ahí: le seguirá la producción para tapa con GENTE, la charla ante más de trescientos periodistas y la fiesta en el hotel Intercontinental. Y siempre con una sonrisa. Bueno, motivos le sobraban: el megashow que organizó en Costanera Sur, a través de la Fundación ALAS y con el lema Por el desarrollo infantil temprano, quedará en la historia de la música argentina.
La consigna nació de una idea simple: que todos tomemos conciencia de una cifra escalofriante: en Latinoamérica, 32 de los 54 millones de chicos de cinco años de edad o menos, viven en la pobreza. Por ello, desde diciembre de 2006, año en que se creó la fundación América Latina en Acción Solidaria (ALAS), los artistas, intelectuales y líderes empresariales más influyentes de América latina intentan generar un compromiso colectivo para apoyar programas de desarrollo infantil temprano destinados a los niños del subcontinente.
El primer gran paso lo dieron el viernes 16 de marzo de 2007, cuando en Guatemala se reunieron los representantes de la fundación con Luis Alberto Moreno, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, comprometiendo al BID para ayudarlos e incluir la problemática en la agenda de los presidentes de Latinoamérica. El segundo gran paso se dio este sábado: dos conciertos simultáneos entre Argentina y México –al mejor estilo Live 8 y Live Herat–, que reunió a cerca de un centenar de figuras destacadas de la música mundial. A saber: en la Costanera Sur de Buenos Aires, durante una noche estrellada, estuvieron Shakira (Antonio de la Rúa, su novio, fue uno de los impulsores de esta idea de megaconciertos), Alejandro Sanz, Gustavo Cerati, Fito Páez, Paulina Rubio, Mercedes Sosa, Calle 13, Jorge Drexler, Killer Burritos, Pedro Aznar, Alejandro Lerner, Juanse, La Portuaria y Airbag. Mientras que en la Plaza del Zócalo en el Distrito Federal, a 7.000 kilómetros de distancia, desafiando la lluvia, actuaron Diego Torres, Maná, Ricky Martin, Babasónicos, Chayanne, Juan Luis Guerra, Ana Torraja, Miguel Bosé (presidente de la Fundación), David Bisbal y Ricardo Montaner.
LA PREVIA A UN SHOW IMPACTANTE. El viernes por la mañana, la puerta del hotel Intercontinental se convulsionó. Al tradicional desfile de hinchas ansiosos por conseguir un autógrafo de los jugadores de Boca que concentran ahí, se le sumó la presencia de los clubes de fans de los cantantes. Y ahí también Shakira se llevó el primer puesto. A la estrella, que lleva vendidos más de 25 millones de discos en el mundo, fueron a verla tres grupos distintos: Las caderas no mienten, Aguila-Halcón y Gondolín, que tiene una particularidad: sus integrantes son travestis. Tal vez por la cantidad de gente que aguardaba, la artista salió por la tarde y lo hizo desde la puerta trasera, luego de que la llegada de Antonio de la Rúa provocara un caos que incluyó piñas y patadas entre custodios y fotógrafos. Finalmente, la pareja se encontró en Unísono, el estudio de grabación que Gustavo Cerati tiene en la calle Urquiza, en Vicente López. Shakira, quien en más de una oportunidad confesó tener como uno de sus máximos ídolos al músico argentino, fue hasta el lugar para ensayar La ciudad de la furia, tema que, a pedido de ella misma, terminó cerrando el show de Costanera Sur.
La otra estrella que buscó refugio en una soleada tarde de Buenos Aires fue la mexicana Paulina Rubio quien, acompañada por su esposo, el español Nicolás Vallejo-Nájera, salió de paseo. De entrada eligió almorzar en la parrilla La Brigada, y luego cruzó hasta el Mercado de San Telmo, para comprar algunas antigüedades. “Amo Buenos Aires, sus bares, su comida, sus asados… ¡Ojalá algún día tenga más tiempo para venir y recorrerla por completo!”, confesó a la salida la Niña de Oro, tomando de la mano a su esposo. Después, ese viernes por la noche, los artistas partieron hasta el predio para sumarse a la prueba de sonido, que se extendió hasta las tres de la mañana. Ahí, los músicos recibieron la visita del jefe de Gobierno, Mauricio Macri, quien declaró a Shakira y Sanz, Ciudadanos Ilustres de Buenos Aires.
LA TARDE SOÑADA POR MUCHOS. Comenzó con los chicos de Airbag a la una del mediodía. A esa altura, más de 30 mil personas ya ocupaban un lugar de cara al río de la Plata. Después vino el show de La Portuaria, Juanse y Pedro Aznar. A las cinco, todavía con el sol alto, apareció Paulina que, tras cantar Ni una sola palabra, se sacó el tapadito violeta que llevaba y dejó ver su corto, cortísimo, vestido tapizado de espejitos. Causó tanta impresión que René Pérez Residente, el pintoresco cantante de Calle 13 (quien tiene en sus brazos tatuado el nombre de su madre), salió de la carpa vip para verla, sin dejar de gritar: “¡Se le ve la bombacha! ¡Se le ve la bombacha!”. Ahí, en esa misma carpa, Gastón Pauls, Mariano Martínez, Julio Bocca, Karina Mazzocco, Gastón Portal y Joe Fernández se mezclaron con las distintas figuras de la música que participaban en este show a beneficio (la entrada costaba un alimento no perecedero). También estuvo presente la familia De la Rúa. Inés Pertiné con sus nietas, Antonio, Aíto (a cargo de todos los detalles referidos a Shakira), y el publicista Ramiro Agulla (el creador de “Dicen que soy aburrido…”).
Cerca de la gran carpa de camarines, otra súper-exclusiva sirvió para el encuentro entre artistas, famosos y políticos. Era tanta la concurrencia que en un momento coincidieron en el lugar Horacio Rodríguez Larreta, Gabriela Michetti, Daniel Scioli y Karina Rabolini, los que recibieron el saludo de Mercedes Sosa, quien llegó cerca de las siete y media de la tarde en su propio auto, al mismo tiempo que Alejandro Lerner y Jorge Drexler hacían su show. Después llegó el turno de Fito Páez que, acompañado por Cerati, logró uno de los puntos más altos de la noche. “¿Hacemos un puente, Fito? Por lo menos es mejor que un tren bala”, bromeó Gustavo antes de tocar Puente, de su disco Bocanada. Para el final, interpretaron Ciudad de pobres corazones, y el público deliró. Luego llegó el turno de Sanz y uno de los momentos más esperados: la reunión mancomunada de casi todos los músicos. Allí Shakira, Paulina, Drexler, Aznar, Lerner, y René se unieron para cantar una adaptación de No es lo mismo.
Después, mientras René hacía lo suyo en escena, Shakira ensayaba con Mercedes Sosa La maza (tema que unos minutos después tocarían juntas en el escenario), y se probaba la remera que las hermanas Vázquez y Gabriela Ortiz le diseñaron para la tapa de GENTE: de color negro, con el logo de ALAS bordado en tachas y strass. “Gracias por venir. Es un sueño hecho realidad poder subir al escenario con usted. Pero lo que más le agradezco es que se haya sumado a esta causa. Creo que hoy todos los hermanos latinoamericanos tenemos que estar unidos para el día de mañana, tener control sobre nuestro propio destino. Hay que ayudar a nuestros chicos para conseguir, entre todos, un continente más digno”, le dijo la colombiana a Mercedes Sosa entre bambalinas, antes de comenzar los ensayos.
SOLIDARIDAD, CADERAS Y FINAL. El broche de oro, el que la gran mayoría fue a ver, arrancó a las 22: Shakira abrió su set con Ciega, sordomuda. Siguió el turno de Inevitable, La Tortura (tema que cantó con Sanz, a quien le agradeció por “estar a su lado desde que ALAS era sólo un sueño”), La maza (con la Negra Sosa y Aznar en charango), Hips don’t lie y para el cierre un memorable La ciudad de la furia, un tema de Soda Stereo, junto a Gustavo Cerati. Y mientras la gente pedía “¡Otra, otra!”, Shakira ya se maquillaba debajo del escenario para la producción de GENTE. Minutos después, la confesión que merece cerrar esta nota, esa clase de confesión que provoca replanteos, palabra que adora Shakira: “El miércoles cerramos el acuerdo más importante desde que se creó la Fundación: una donación por parte de Carlos Slim Helú (el mexicano que figura como el segundo más rico del mundo) y Howard Buffet (hijo de Warner Buffet, inversionista americano y multimillonario) que asciende a los 200 millones de dólares –adelantó–. Una gran noticia, a la que deseo sumarle una reflexión: presidentes de Latinoamérica, el presupuesto que hoy utilizan para la educación y el crecimiento de los chicos es muy bajo. Ya es hora de cambiar. A eso apunta ALAS. Debemos sentarnos a hablar de manera seria sobre el dinero que deben destinar al Desarrollo Infantil Temprano. Les rogamos que no hipotequen más nuestro futuro”.
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