sábado, 7 de febrero de 2009

La Grandeza De Shakira


















Un periodista de Elheraldo.com ha dejado un artículo dedicado a nuestra reina Shakira.
Realmente me encantó esta nota de opinión.
Estoy totalmente de acuerdo.
Se lo dejamos para que lo lean.


Por Óscar Montes

A mí que no me llamen a romper cobijas. Y muchísimo menos con Shakira, a quien considero, de lejos, la cantante más talentosa del país y una de las mejores del mundo. Punto. Curiosamente, de Shakira lo que más me gusta es lo que menos les agrada a los opinadores del páramo: su don de gente, su sencillez caribe, sus valores como persona y su discreto altruismo para ayudar a quienes más lo necesitan, por ejemplo los niños de La Playa, que no tendrán cómo pagarle el colegio que acaba de regalarles para que puedan educarse y ser hombres y mujeres de bien en el futuro cercano.

Y no cualquier colegio, sino el más moderno de la Costa Caribe y seguramente uno de los mejores equipados del país. Quizás eso es lo que no les gusta a quienes hoy han convertido a Shakira en blanco de sus ofensas: que ella piense en los pobres y en los más necesitados en lugar, digo yo, de derrochar su plata en ostentosos y superfluos bienes, como hacen muchos de los que hoy la critican. ¿Eso es lo que les disgusta? ¿Eso es lo que les produce envidia? ¿Qué es lo que quieren? ¿Que Shakira les dedique unos cuantos minutos —que no tiene, porque el tiempo no le alcanza— para responder frívolos cuestionarios que tienen que ver con su vida privada, sus odios y sus amores, asuntos que solo a ella le importan?

Por fortuna, Shakira no necesita de aduladores de oficio, ni detractores de ocasión. Su talento le alcanza para seguir haciendo canciones y obras benéficas, no solo en Colombia sino en otros países de América Latina, como lo demuestran los múltiples conciertos en los que ha participado junto a otros artistas que se han vinculado a la Fundación Alas, de la que ella es parte fundamental. Ello para no hablar de las obras que a diario realiza en Colombia mediante su fundación Pies Descalzos, que dirige la ex canciller María Emma Mejía. Ahí están las escuelas del Chocó y de los barrios marginados de Bogotá, donde cientos de niños se educan de forma gratuita.

Un país se construye desde el respeto por las ideas de los demás. La ofensa y la descalificación de quienes piensan distinto solo mina los cimientos de una nación. Tratar de crear falsas divisiones entre artistas de un mismo país es un comportamiento mezquino que poco o nada contribuye a crear y consolidar eso que llaman ‘identidad nacional’ y que no es otra cosa que el orgullo que sentimos de ser bien representados por un artista, un deportista o un escritor, cualquiera sea su color, su raza o su origen regional.

Mucho más si se trata, en el caso de Shakira, de una cantante cuyo comportamiento personal ha sido íntegro. Desde que siendo muy niña deleitó a sus paisanos barranquilleros, hasta ahora que es una artista consagrada en todo el universo, su vida y obra han sido auscultadas con potente lupa y jamás han encontrado una sola mácula. No hay en toda su corta pero exitosa trayectoria ni siquiera una declaración imprudente que haya sido objeto de un titular sensacionalista. ¿Es eso un pecado?

En lugar de atacar a Shakira lo que deberían hacer sus detractores es resaltar el hecho de que en momentos en que buena parte de los cantantes venden discos por los escándalos de su vida privada, ella lo haga gracias a su talento prodigioso.

El desenfreno, tan de moda en los jóvenes artistas, es un capítulo inédito en la vida de Shakira. Ella no es un ídolo con pies de barro. Y si así fuera, ¿no sería mucho mejor abrazarla, acompañarla y expresarle el aprecio y el afecto que sentimos por ella, como hacen, por ejemplo, los argentinos con Diego Maradona, a quien han llegado a comparar, sin ruborizarse, con el mismísimo Dios?

Aquí, por el contrario, nos encargamos de destrozar a Kid Pambelé, el más grande campeón mundial que ha tenido Colombia en toda su historia y el único en el Hall de la Fama de la AMB. Y no desaprovechamos oportunidad para cobrarle a El Pibe Valderrama —otro Grande— cualquier indiscreción, que por fortuna son muy pocas. ¿Que no hemos dicho del Joe y de tantos otros artistas que han hecho de Colombia un país más grande?

No quisiera creer que detrás de los últimos ataques contra Shakira se esconde no solo la animadversión cachaca de ciertos redactores sino la subterránea pelea de algún representante artístico que echa de menos no tener a su disposición la mina de talento y de oro que significa Shakira y su singular voz, tan melodiosa que ha llegado hasta a animar la posesión más histórica de un presidente de los Estados Unidos: Barack Obama. Cochise tenía toda la razón: en Colombia la gente se muere más de envidia que de infarto. ¡Qué le vamos a hacer!

















Federico

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